sábado, 24 de julio de 2010

Paradoja de la serpiente

Y dónde me perdí, si sigo estando aquí y siendo, figuradamente, el mismo.

A veces me da nostalgia y no sé por qué. Siento algo raro que me baja hasta el pecho, también siento un nudo en la garganta. No es normal, nace porque sí, desde adentro, en un segundo (y también en un segundo termina).

Me llamo Rodrigo Alfredo Ramos Puente, tengo veinte años, he cosechado amigos duraderos, pocos enemigos, tiendo a mentir, soy un idealista demasiado positivo y estoy consciente de que, por más que intenté lo contrario, terminé perdiéndome en algún lado.

Díficil eso de querer explicar cómo se puede perder uno. Pero a mí me pasó.

Y me da nostalgia saber que no soy el mismo, que todas las cosas que me prometí no las pude cumplir.

No hay nada peor que ir en contra de uno mismo y de lo que el propio instinto exige.

Un efecto secundario justo, quizá.

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