domingo, 25 de abril de 2010

viernes, 23 de abril de 2010

jueves, 22 de abril de 2010

Película

De repente el muchacho se detiene. Las púpilas se le contraen. Una presión desconocida le aprisiona todo el cuerpo. Siente el tiempo, los olores, la temperatura, las voces, las risas, los movimientos, las imágenes, los colores. Se separa de sí mismo.

En el futuro (su presente, o lo mismo que escribir -cuando regrese-, porque en ese instante no está, está separado) sigue creyendo. En el pasado (donde llega mientras siente) tiene la plena convicción de que lo cree se va a cumplir tal epifanía.

Pero como lo que cree en su futuro, su presente, es lo mismo que lo que creía en el pasado, entonces algo debe faltar por ocurrir (sí, porque el presente se convierte en pasado y él sigue creyendo, entonces es así). El muchacho regresa. Y lo anterior se repite ene veces, de diferentes maneras, y da para varias escenas.

El final es fácil. El muchacho se sienta de pronto en su cama y se queda así. Las púpilas se le dilatan. Siente que su cuerpo flota, pero no flota. Sonríe. Debajo de él se lee "El giro esperado".

La personas salen de la sala pensando, luego de tanto ir y venir entre lineas del tiempo -sin éxito alguno-, que esta vez sí, que ojalá.

lunes, 19 de abril de 2010

El epígrafe es de mi amigo

O "parfois quand on gagne on perd" o
Maldecir a Schröedinger.
Vos decidís.
Ley de Jensen: "Gane o pierda, usted perderá."

Esto
es un (d)efecto. Grandísimo, hijo de puta, memorable. De seguro era el (d)efecto insigne que traía la pancarta cuando nacieron los (d)efectos. Es un (d)efecto alegre, pendejamente optimista, garante de sentido. Recurrente sería la palabra precisa. Yo suelo ser mero (d)efecto a veces, a veces hablar mucha mierda, escribir mucha caca, contar lo mismo, querer ser moda ajena. Puro ir y venir, mentir, secundar. Pero también adicción. Esto es yo. Esto, es, yo. Pero sin egoísmo: él, vos, nosotros, ellos. Con autoenvidia, ellos. Con visualización positiva, nosotros. En negación propia, él. Con absoluta sinceridad, vos. El (d)efecto se separa. Crece con voluntad propia. Toma consciencia. ¿Y la adicción? ¿Y la cura?[...] Tragicomedia. Con destino, la culpa de Dios y su voluntad; su afán de crear carencias, de hacernos seguir por virtud una causa. Sin destino, la mujer de Lot que sabe que tiene que seguir la regla pero igual la caga. Pero siempre el (d)efecto en la calle, en el sillón, al ver el reloj, durante el parcial, en un susurro, en tu pupila reflejada en el espejo, comiendo en la mesa con vos... El (d)efecto hace nacer a la persona, vivir. -Y me hizo hombre-.

Y tener un (d)efecto es peor que perder un sentido. O dos. O tres. Bastante peor.

*Puede encontrar al autor del epígrafe en el primer (único) comentario del post anterior.

domingo, 18 de abril de 2010

Gamble

Vas llegando y te bajás. Ves para atrás y te das cuenta que no te parqueaste donde te tenías que parquear. Caminás. Llegás a la entrada del local. Ves para adentro y te das cuenta de que no estás sentado donde tenes que estar. Te acercás más y ves que quien tendría que estar con vos tampoco está. Vos no estás. Pero todo está en tu cabeza...

Entonces si de verdad pasó vos ya no existís o vivís en el universo tangencial y se te vienen los recuerdos de tu vos en el universo primario.
Entonces si no pasó vos estás loco.

O perder siempre. Siempre perder.

sábado, 17 de abril de 2010

Life being a fucking joke: checked

Hoy realmente creí por primera vez que la vida es un puto chiste, un comentario sarcástico-cósmico y una ironía absoluta.

Veinte minutos después entendí el chiste, supe que yo fui el pendejo por haber creído lo anterior (¿verdad?).

Mi ducha helada

A veces es como querer decir . A veces es como caminar y caminar y caminar buscando una dirección que no existe. A veces es como una constante en mi cabeza. A veces es como querer decir una palabra que se usa a diario pero que en el momento más importante se olvida.

Pero casi siempre es un terror tremendo.
Pero casi siempre es un escalofrío y una parálisis instantánea.
Pero casi siempre es voltear la cara y tocarme el pelo o la boca.

A veces es como ver el cielo y las estrellas y sentirme una mierda. A veces es pura vanidad. A veces es una paradoja. A veces es un sueño extraño con personajes alternantes. A veces es afirmar no. A veces es escribir pendejadas aleatorias y después borrarlas o guardarlas como borradores.

Pero casi siempre es sacar un documento, leerlo y guardarlo.
Pero casi siempre es hacer un documento nuevo y después tirarlo.
Pero casi siempre es una canción y un segundo y un día y un nombre y una esquina y un libro y una palabra y unos 100 metros.

A veces es un diálogo estúpido. A veces es una alucinación. A veces es una pregunta. A veces es una sonrisa.

Pero casi siempre son puras sonrisas.
Pero casi siempre es una frasecita.
Pero casi siempre parece ser puro contrato moral.

A veces es.

Pero no importa qué pasa o qué es a veces: pensándolo bien siempre es un terror tremendo, siempre vos.