lunes, 19 de abril de 2010

El epígrafe es de mi amigo

O "parfois quand on gagne on perd" o
Maldecir a Schröedinger.
Vos decidís.
Ley de Jensen: "Gane o pierda, usted perderá."

Esto
es un (d)efecto. Grandísimo, hijo de puta, memorable. De seguro era el (d)efecto insigne que traía la pancarta cuando nacieron los (d)efectos. Es un (d)efecto alegre, pendejamente optimista, garante de sentido. Recurrente sería la palabra precisa. Yo suelo ser mero (d)efecto a veces, a veces hablar mucha mierda, escribir mucha caca, contar lo mismo, querer ser moda ajena. Puro ir y venir, mentir, secundar. Pero también adicción. Esto es yo. Esto, es, yo. Pero sin egoísmo: él, vos, nosotros, ellos. Con autoenvidia, ellos. Con visualización positiva, nosotros. En negación propia, él. Con absoluta sinceridad, vos. El (d)efecto se separa. Crece con voluntad propia. Toma consciencia. ¿Y la adicción? ¿Y la cura?[...] Tragicomedia. Con destino, la culpa de Dios y su voluntad; su afán de crear carencias, de hacernos seguir por virtud una causa. Sin destino, la mujer de Lot que sabe que tiene que seguir la regla pero igual la caga. Pero siempre el (d)efecto en la calle, en el sillón, al ver el reloj, durante el parcial, en un susurro, en tu pupila reflejada en el espejo, comiendo en la mesa con vos... El (d)efecto hace nacer a la persona, vivir. -Y me hizo hombre-.

Y tener un (d)efecto es peor que perder un sentido. O dos. O tres. Bastante peor.

*Puede encontrar al autor del epígrafe en el primer (único) comentario del post anterior.

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